LA FUERZA DE VOLUNTAD DE IZASKUN

Izaskun Buelta, madrileña de 32 años, representó el minuto de oro en la parrilla de audiencias de "Tengo una pregunta para usted... Zapatero". Entre cifras de audiencias, aprobados y desaprobados al presidente del Gobierno, su intervención quedará como una anécdota más del programa. Pero lo que esta joven con síndrome de down vino a decir era que quería una oportunidad para demostrar su capacidad en el mercado laboral. "No veo a ninguna persona con síndrome de down trabajando en el Congreso de los Diputados", le dijo Izaskun a Zapatero. Y concluyó: "luego te doy mi currículum".

No voy a entrar en los pormenores del programa "Tengo una pregunta para usted". Todos los medios lo diseccionaran e interpretarán a su modo hasta reducirlo a cifras. La lección que nos dio esa chica es que , con los impedimentos y el esfuerzo añadido que conlleva ser discapacitado, y "con la que está cayendo" , se puede y se debe tener el coraje y la fuerza de voluntad necesaria para levantarse y luchar por un futuro mejor, en su caso, un puesto de trabajo en un mundo que los aparta y les niega su participación activa en la sociedad.

¿ A cuanta gente se les cae el mundo encima por un simple descuadre de números ? y no me refiero a que esta crisis sea un "descuadre, me refiero al estado anímico que nos quita o nos da fuerzas para continuar. Empresarios, trabajadores y desempleados que participaron en el programa incidieron en el principal problema que tenemos todos los españoles: La crisis y el desempleo. José Luis Rodríguez Zapatero respondió a las preguntas lanzando el mensaje de que si hemos logrado en 30 años llegar a ser una de las principales potencias mundiales, a nivel económico y en calidad de vida, podemos levantarnos y sacudirnos el polvo, como dijo Obama en su primer discurso como presidente de los EEUU, para seguir adelante y prepararnos para un futuro mejor. Ese es el mensaje que quiso lanzar Zapatero aprovechando la pregunta de Izaskun y las de los demás participantes. Tampoco dio tiempo a más.

A mucha gente le pareció un "discurso", "rollo" y "pesado", del presidente Zapatero. Es lo lógico cuando se prejuzga. También se preparan baterías de disparo para cuando acabe 2.009. Si Zapatero, al calor de la discusión en directo (que no es lo mismo que dirigirse a la nación de forma premeditada y consciente) dijo que "en un año empezaríamos a salir de la crisis", los "prevengan" tradicionales no perdieron un sólo segundo en traducirlo por "Zapatero se compromete a que en diciembre de 2.009 todos seremos felices y comeremos perdices". Es un ejercicio de mala fe por parte de los que sólo buscan titulares y hacer negocio con ellos. No es ese el mensaje y los medios tienen mucha responsabilidad en la "confianza y fe" necesarias que los españoles necesitamos para salir más pronto que tarde de esta crisis coyuntural. Porque es "coyuntural", aunque tardásemos 10 años en salir de ella.

La vida continuará con o sin "nuestros problemas actuales". Siempre ha sido así y hemos conocido situaciones similares donde tras la crisis energética de 1.973 el mundo tuvo que "reestructurarse. España vivió ajena a esa crisis durante unos años y durante los años de "transición democrática" todo el peso de la crisis mundial de 1.973 cayó somo una losa sobre nuestra cabezas, mientras los demás países ya habían realizado sus ajustes e iban viento en popa. Aquí hubo evasión de capitales, cierres masivos de empresas, largas colas de paro ante las oficinas de empleo y una situación "catastrófica" a nivel económico, que ahora aún no hemos llegado a tener como entonces, a pesar del pesimismo y de los malos augurios.

Las presiones de todo tipo no nos hicieron sucumbir. Con un Estado "descapitalizado", empresas estatales obsoletas y que absorbían a las privadas heridas de muerte, poca cobertura a los desempleados ( los que podían tenerla y no eran todos), pensiones ridículas y gran parte de la población sin derecho a ellas y a la mínima asistencia sanitaria que hoy conocemos, nos levantamos y echamos a andar.

Con ayuda de Europa, y sin ella también, nos "reconvertimos" todos, dejando lo obsoleto e innecesario atrás hasta conseguir, treinta años después, llegar a ser la octava potencia mundial y tener unos estándares de calidad de vida similares a los principales países europeos y mundiales que pretendíamos emular. Fueron sacrificios necesarios y todos apechugamos como pudimos. Nuestro nivel educativo avanzó hasta cotas desconocidas entonces, nuestras empresas y nuestros profesionales no tienen nada que envidiar a otros de otras naciones más avanzadas. Es bueno que no nos conformemos con ello, tenemos que mejorar muchas cosas y ese es nuestro trabajo.

Las cosas están mal y en algún momento tendremos que tocar fondo para volver a iniciar el ascenso. De nosotros depende, y no solo de un gobierno de turno (¿qué cambiaría con otro gobierno?). Que tardemos más tiempo o menos tiempo en salir del túnel de la adversidad es labor de toda la sociedad española. Salir saldremos, de eso no hay duda. Si es verdad que tenemos a la generación mejor preparada de la historia, como dicen, ya deberíamos estar iniciando los primeros pasos. A las anteriores generaciones nadie les dio nada, ni educación adecuada ni bienes a nivel europeo. Y pudimos salir del bache.

Recordemos que para entrar en la RENFE, por ejemplo, hubieron algunas oposiciones para 1.000 plazas de personal laboral no cualificado en las que se presentaron más de 20.000 solicitudes de españoles de a pie (licenciados en derecho, medicina, psicología, titulados medios y simples peones con la mínima titulación, que es la que se requería). De eso hace más de 25 años.


Quizás la cultura del éxito y del dinero rápido y fácil es la que nos pierda. Nadie ha conseguido nada sin esfuerzo y sin tesón, nadie ha trabajado siempre en lo que estaba formado, a lo mejor algunos sí en los últimos años.

¿Que miedo hay al futuro?. Pensemos en Izaskun, nadie le regala nada es su fuerza de voluntad y sus ganas de vivir las que le mueven a pedir una oportunidad. La misma que le negamos cuando las cosas van bien.



Fotografía: EFE/Ballesteros.