20 julio 2010
POR QUÉ PIERDE LA IZQUIERDA
No cabe duda de que siempre pierden los gobiernos de izquierda que, al menor tropiezo, abandonan sus propias ideas, sean socialistas o socialdemócratas. Lo hacen cuando adoptan postulados que no son propios, sea por “responsabilidad”, por “realismo” o por “interés nacional”. Es cuando pierden partidarios que rara vez se vuelven a recuperar.
A la izquierda se le pide que demuestre que sus políticas no son sólo válidas en tiempos de bonanza, la derecha también adopta políticas sociales sin necesidad de traicionarse cuando las cosas van bien. A la izquierda se le pide que sus propias ideas, las que justifican su elección, sirvan también para los tiempos de crisis.
Gobernar por gobernar no necesita de ideologías de cambio social. Incrementar derechos ciudadanos de poco sirve si no se tiene la autonomía económica necesaria para ejercerlos o se suprimen por falta de presupuesto.
El PSOE se equivoca renunciando, con presiones exteriores o sin ellas, a sus ideas programáticas, a sus promesas. Ha tenido la oportunidad histórica de oponerse a la dictadura de los mercados, de oponerse a los dictados de unos gobiernos contrarios a sus políticas socialdemócratas y a nuestros intereses nacionales. Podría haberse aliado con los Estados Unidos de Obama que, salvando las distancias, han copiado las ideas y programas iniciales de Zapatero. Pero se ha preferido ceder a los reinos de taifas europeos, cuyos principales líderes no dejan de ser correas de transmisión de los mercados y sus agentes.
Hay quien dice que las recetas del pasado no son válidas para esta crisis “nueva” y que cambia todos los días, obligando a improvisar para capear el temporal. Pero de inmediato se aplican las mismas recetas de siempre: palo y tentetieso para la mayoría de desgraciados que suelen votar a la izquierda y blindaje para los corruptos y defraudadores que suelen votar a la derecha.
Así se podrán explicar, a nivel local, por qué el PSPV-PSOE no levanta cabeza en la Comunidad Valenciana desde hace lustros. Y por qué, tras un pase efímero por la izquierda, hay comunidades que vuelven a votar a la derecha, como pasará en Catalunya y el País Vasco.
Cuando la izquierda defrauda a los que la elevan al poder, sus votantes se abstienen facilitando el triunfo de la derecha. Pasan muchos años hasta su vuelta a primera plana, condenando a la siguiente generación de dirigentes al ostracismo y a las cómodas banquetas de la oposición, convirtiéndolos en políticos profesionales carentes de la frescura de sus inicios. Peor aún, sus partidarios pierden referentes ideológicos y se ven confundidos en desbandada, propiciando la vuelta atrás a su pesar.
La derecha lo tiene fácil, no engaña y todos sabemos lo que quiere. Sólo necesita señalar con el dedo y decir: “ Veis, son igual que nosotros pero no son de fiar porque mienten “.
No somos nosotros los que debamos asumir los errores y equivocaciones de nuestros dirigentes. En lo básico seguimos pensando igual y podemos adaptarnos a las circunstancias por necesidades de guión. Pero el daño se hace a generaciones enteras que sufren la regresión de sus derechos y libertades por culpa de los errores de cálculo de quienes, a una mala, vivirán cómodamente gracias a sus generosos cargos políticos del pasado.
Yo voy a continuar luchando por las ideas que creo a pesar de que las decisiones de los que dicen representarme no concuerden, pero mi interés es mínimo y me da igual. Como ciudadano y como partidario “nuevo” de izquierdas sigo esperando explicaciones que me convenzan, de los que me tienen que convencer.
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1 comentarios:
Tu mismo lo has dicho, porque abandonan sus ideas. La derecha lo tiene claro y va a lo suyo. La izquierda parece que deba pedir permiso para aplicar sus políticas.
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