15 febrero 2007

El juicio

Dentro de unas horas comenzará el macrojuicio sobre los antentados del 11-m. Es el momento de la verdad y sobre todo, de hacer justicia para unas víctimas que han sido injustamente insultadas y despreciadas, sobre todo Pilar Manjón, por el hecho de que sus familiares y amigos fuesen asesinados "para que el PSOE le robase el gobierno al PP", según la COPE, El Mundo y otros especimenes bóricos.

Es el momento en que deben callar los "voceros" de la insidia, la manipulación y la mentira. Es el momento en el que la justicia debe hacer prevalecer la verdad, guste o no guste, y que del resultado se extraigan enseñanzas para el futuro.

La justicia española ha demostrado que con la investigación y una actuación policial correcta, al margen de gustos, se puede llevar a juicio a los responsables de cualquier clase de terrorismo, sin necesidad de invadir a otras naciones injustificadamente y de masacrar a su población civil. Los palos de ciego de un George Bush embriagado de irresponsabilidad, que ha conducido al mundo a una locura sin precedentes, donde las leyes internacionales han sucumbido a los caprichos de unos locos peligrosos, sólo han conseguido dolor y muerte.

Debemos estar orgullosos de nuestros profesionales policiales y judiciales. Es una lástima que, como siempre, seamos nosotros mismos los que tiremos por tierra la labor realizada por intereses económicos, venta de publicidad en periódicos y cadenas radiofónicas, y por intereses políticos que deslucen la capacidad de trabajo de este país.

Es la hora de la verdad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dice Pepe Blanco "que el juicio confirme la verdad"
Ese deseo me parece, si no pienso mal, que la verdad que desea es la VERDAD OFICIAL, no la VERDAD VERDADERA.
La verdadera verdad nadie, hasta el momento, sabe cuál es. Sólo lo saben los que cometieron el atentado.
Veremos a qué conclusión llegarán los Jueces.
Yo no tengo ni pajolera idea, con lo complicado que es el asunto.

Anónimo dijo...

Sr. Carolus:
Los ciudadanos tiramos por tierra lo nuestro, concretamente a nuestra policía.
Pero hay que ver nuestra policía en las contradiciones en las que ha caido en el tema de este atentado.
Yo voto para que se conozca la verdad de lo que sucedión

Carolus Primus dijo...

Hay cosas que son cuestión de fé.

La verdad verdadera es la que cada cual considera que es verdad. Cuarenta millones de personas, cuarenta millones de verdades.

La oficial es en la que coinciden determinadas personas a las que les atribuimos el carácter de mediadores a través de un contrato, la ley, y a la que nos sometemos para que elijan entre varias verdades la que más se ajuste a esa ley.

Es pura filosofía, aceptada también comúnmente.

Yo prefiero aceptar la verdad de miles de profesionales, que se juegan el prestigio y la vida todos los dias y que han dedicado miles de horas, robadas a sus amilias, para que se esclarezca la verdad. Algunos se eqjuivocarán y otros actuarán de mala fe, pero para eso estan los tribunales.

El presidente del tribunal que juzga el 11-M, no es precisamente del agrado de una parte, de la parte del gobierno, y esa debería ser suficiente garantía para aceptar un juicio imparcial para los que no son partidarios del gobierno.

Hay otra verdad, que se averigua en una redacción de un periódico o de una emisora de radio, que por tener más eco porque apela a las emociones, más cercanas a nuestras realidades particulares, aceptamos como ciertas porque nos son más habituales y deseamos que sean ciertas.

Si a todas estas verdades le quitamos el contenido emocional podremos pensar más friamente.

En todo caso, tanto si es ETA que ya conocemos como si són los islamístas que empezamos a conocer, es bueno identificar cuántos enemigos tenemos para estar preparados cara al futuro.

Si uno se ha equivocado al votar, por confusión o engaño, siempre puede rectificar en las siguientes elecciones. Pero si uno se equivoca en la elección de un asesino que se desconoce y lo deja suelto, sobre todo por pensar que es otro, puede que en un futuro ese nuevo asesino te impida elegir para siempre.

Es otra filosofía sobre las verdades "absolutas".

Cada cual que elija, porque es libre.