Uno va ya harto de tanta "novedad" en el discurso político español, como la mayoría de ciudadanos. Hace 15 años, inaugurada la etapa de la crispación, las tertulias y los debates circulaban hasta en la sopa de la Gallina Blanca. Por empacho cedimos y se acabaron las tertulias políticas, inmediatamente fueron sustituidas por las de la prensa del corazón ( una década de color rosa ). Ahora desayunamos, almorzamos, merendamos, cenamos y nos dan el resopón en azul y rosa (por el otro bando rojo y rosa). Todo sea agriar la vida con los problemas de los demás.
A cualquier cosa se le saca punta con tal de oponerse a lo que sea. En este país la especialidad del paisanaje es tirar de la cuerda desde los dos extremos por cabezonería, pocas veces se ha tirado en la misma dirección por voluntad propia. En poco menos de treinta años España ha conseguido dar un vuelco a toda su historia que pocos países pueden apuntar en su haber. Política, económica y socialmente hemos avanzado a unos niveles insospechados apenas un par de décadas. Internacionalmente somos una referencia y un ejemplo a seguir, y a pesar de ello, seguimos tirándonos los trastos a la cabeza y quitando valor a lo que nuestros dirigentes y nuestras gentes hacen (en todos los ámbitos de la sociedad).
¿ Dónde habríamos llegado, o hasta dónde llegaríamos si nos pusiésemos todos de acuerdo en tirar del mismo carro ?
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