EL PSOE NECESITA SABER VENDER

El resultado de las europeas en España ha sido el que estaba previsto, empate técnico con ligera variación en favor de los conservadores. Lo que no se sabía era por cuánto iba a ganar el PP, 4 puntos por encima del PSOE que representan 23 diputados frente a 21. La participación ha sido similar a los anteriores comicios europeos. El Partido Popular mantiene su hegemonía en Europa y mantiene también a su electorado movilizado al máximo, sin conseguir la diferencia de 10 puntos a su favor que hubiese representado la culminación de sus previsiones para forzar un cambio de gobierno a nivel nacional.

El PSOE cosecha una "dulce derrota" que se achaca a la crisis, pero lo cierto es que su potencial electorado sigue ausente, salvo los fieles desde 2.004. La única lectura posible es que no acaba de despegar porque sigue sin ilusionar, no se sabe vender el producto. El ciudadano comprometido va a comprar al supermercado (participa en las elecciones) porque es el único del barrio y conoce sus productos, pero para el resto sigue siendo el gran desconocido y compran en la tienda de al lado. Sería un resumen casero de que el supermercado (el PSOE) no da a conocer adecuadamente y de forma directa su oferta. La previsión es que siga así, conformándose por inercia, esperando siempre ganar por la mínima sin arriesgar y eso no motiva al potencial electorado que sigue esperando también. No se mueve el balón y no se juega el partido, ni siquiera en Europa.

Lectura especial requieren los resultados en la Comunidad Valenciana. Ni el caso Gürtel, ni los trajes de Camps, ni Fabra, ni la pésima gestión de recursos en favor del ciudadano valenciano, hacen mella en el PPCV de Francisco Camps. Todo lo contrario, duplica los 7,5 puntos a favor del PP en 14,8. Lo que representa que el PSOE valenciano sigue estando ausente de la política local. Ni siquiera Jorge Alarte, líder de los socialistas valencianos, ha podido evitar la pérdida de votos en su propio municipio del que es Alcalde. Han sido 9 meses de gestación y un parto fallido. Alarte sigue sin nacer como líder natural del PSPV-PSOE y su proyecto sigue siendo el gran desconocido.

Leire Pajín, gracias a su proyección nacional como secretaria de organización del PSOE y la incidencia mediática que ello supone, es la única que puede aglutinar e ilusionar , hoy por hoy, un proyecto socialista valenciano frente al PP de Francisco Camps. Pero es un riesgo que no puede correr si no se asegura antes que no va a quedarse sentada en un banquillo de Les Corts Valencianes como líder de la oposición. Con ello solo cabe esperar que el PP caiga por su propio peso y por lo que parece la adversidad le beneficia.

Tanto para el socialismo español como para el valenciano (me atrevería a decir que para el europeo también) la terapia sigue siendo la misma y no es otra que tomar interés definitivamente por saber "vender" sus políticas y acciones de gobierno y por modificar su política comunicativa gubernamental aún a pesar de sacrificar a algún miembro clave del gobierno, no porque se haga mal, sino porque otros lo pueden hacer mejor.

Teniendo a los principales medios de comunicación en contra, que son los que trasmiten y crean la opinión que luego se transforma en votos, los socialistas sólo pueden echar mano de sus propios recursos. Sus acciones de gobierno deben ser gestionadas directamente hacia el ciudadano, diferenciadas claramente de las acciones de los propios gobiernos autonómicos, para que los ciudadanos las perciban y puedan comparar. Y deben ser acompañadas de una política "agresiva" de presentación del "producto", que incite al ciudadano a desearlo y por fin comprarlo. Las respuestas a la oposición, ya sea mediática o política, debe ser rápida, puntual y contundente y multiplicada hasta anular el efecto negativo. Las propuestas propias deben ser afirmadas hasta la saciedad, que no quede duda alguna de lo que se quiere transmitir. Es simple gestión de imagen, muy descuidada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y por su propio partido , el PSOE.

La clave está también en sus afiliados y militantes, un material humano desaprovechado y que sólo cuentan en las campañas electorales como "auxiliares" para simples acciones como pegar carteles, poner pancartas y llenar los recintos donde se realizan los mitines de partido. Pepe Blanco propuso en las pasadas municipales y autonómicas la figura del militante como "agente de ventas" y es una lástima que se haya olvidado este concepto. No cabe duda que los militantes socialistas son los que mejor pueden vender el proyecto. Para ello es lógico una formación y una preparación específica similar a la que se ofrece en cualquier departamento de ventas de un concesionario de vehículos o de un departamento comercial de cualquier empresa que se precie. Por desgracia , la formación y la prensa y propaganda son los grandes olvidados del Partido Socialista. Seguramente porque es peligroso para los mandarines locales que temen que su voz y criterio deje de ser lo único autorizado. Y sin embargo es la única garantía de disponer de recursos humanos que en cualquier momento puedan reemplazar a los "quemados" o para transmitir de forma permanente, puntual y efectiva su mensaje positivo al electorado, único destinatario del producto que se pretende vender.

El PSOE tiene los medios y el personal suficiente para que el electorado abstencionista, el que le puede beneficiar o perjudicar, despierte. No los utiliza o no saben cómo hacerlo, quizás necesiten asesoría externa, pero para ello deben estar dispuestos a "escuchar" y no lo hacen.

Un afiliado del PSOE que vende coches y se ofreció a ayudar, siendo rechazado sin ser mínimamente escuchado, me dijo: " Los del PP te venden una caja con cuatro ruedas y un volante como un Ferrari. nosotros con un Ferrari no sabemos qué hacer con él".

Creo que es ilustrativo de lo que pasa en el PSOE.