NO FUMAR, NO HAMBURGUESA...
Existe un nuevo poder que no conoce ideologías. Es el poder de los reciclados. El de los fumadores empedernidos y obesos hasta la saciedad que deciden reconvertir sus vidas. Lo peor, los que "iluminados" por sus dietas de humo y grasas descubren que viven mejor y más saludables haciendo extensible a los demás sus visiones.
Si estos reciclados dan el salto a posiciones de poder, en los que pueden dominar y dirigir la vida de los que le rodean, utilizarán su "nueva filosofía" apoyados de estadísticas, informes, estudios y mil excusas más para demostrar que tienen razón y joder al personal.
Son gentes por lo general frustradas. Son gentes que , salvo problemas serios de salud, detectan a distancia cualquier gesto como un acto de agresión hacia su persona. Es algo parecido al socio de "alcohólicos anónimos", joden antes con sus borracheras y joden después con sus novedosas sobriedades. No miran ya el beneficio propio para sus vidas , sino que lo hacen a través de las vidas ajenas, experimentando fórmulas de poder muy sutiles para con el prójimo.
He conocido políticos, militares, empresarios, sindicalistas con cargo, nuevos religiosos, etc. con el denominador común de haber cambiado sus vidas a mejor ejerciendo su fuerza de voluntad, primero a su favor dejando de fumar, dejando de beber, dejando de comer... porque lo hacían en exceso y después contra el resto del género humano, incluso el canino y el felino.
Otro denominador común es que estas personas dejan de ser simples y apacibles seres humanos para convertirse en odiosos torturadores, cuyas ideas les vienen en función de los vaivenes de sus estados de ánimo. La agresividad incipiente que muestran durante la "travesía del desierto", es decir, cuando comienzan hasta que acaban con sus autoreformas de personalidad, pasa a ser una agresividad innata de su naturaleza que perdura hasta el fin de sus días, manteniéndola incluso en sus repetidas y previsibles recaídas.
El peor bicho conocido es el político , que convierten sus manías en leyes, obligando a que todo el mundo pase por el tubo por decreto. Prohibido fumar, prohibido comer hamburguesas, prohibido beber y al final prohibido respirar.
Se debería prohibir la existencia de estos personajes hasta en los sueños, porque aprovechan el prohibido prohibir para conseguir sus fines más estúpidos.
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