Crisis era el hambre de los 40, la emigración del campo a la ciudad de los 50, la emigración al extranjero de los 60, la vuelta a casa e integración en las largas colas del paro de los 70, las reconversiones de los 80, los ajustes salariales y cambios de empleo de los 90 y gran parte de este siglo.... siempre ha habido crisis. Los que nunca la han padecido siempre han sido los mismos y justamente siempre han sido los que más se han quejado. Los demás solo hemos tenido que buscarnos la vida en oficios y lugares diferentes a los habituales y aguantar, sobre todo aguantar para recuperar en las oportunidades que vayan surgiendo.
He conocido a muchos “rojos”, medio funcionarios de empresas públicas, que hicieron su agosto con las reconversiones de los años 80, hoy son privilegiados trabajadores que votan al PP. He conocido también a muchos trabajadores que se las pasaban canutas y pusieron tienda, el cambio les ha venido bien... tienen varias casas y están disgustados por no haber vendido a tiempo. Y así podría continuar. También he conocido a muchos que no han pegado golpe en su puñetera vida y ahora se quejan de los extranjeros, que les quitan los puestos de trabajo dicen. Hay otros, en cambio, que se han adaptado a vivir al día desde hace muchos años...tienen su piso, su coche, su televisor y su móvil, no necesitan nada más. A todos les afecta el alza de los precios y la hipoteca.
Caen primero los negocios precarios, montados aprisa y corriendo para aprovechar la bonanza y en su mayoría con fraude de ley. Los demás , los profesionales de verdad, suelen adaptarse. Los que más se quejan son los del “boom” inmobiliario, precisamente los que han aprovechado la mano de obra inmigrante a buen precio. Ahora estamos pagando las hipotecas fáciles y , como es lógico, quien no podía garantizar entonces el sostenimiento de una carga, tampoco lo puede hacer ahora.
En mi caso particular, he pasado por multitud de empleos y de oficios diferentes, según la magnitud de la crisis de su momento y de la oportunidad que se ha presentado. Siempre me ha venido mal llegar a fin de mes hasta que aprendí a adaptarme. Solo aprovecho la oportunidad cuando surge, pero a veces , también la busco. Adaptación y buena cara es lo que se precisa cuando pintan bastos.
No está la cosa para bollos , pero tampoco para que nos tengamos que flagelar hasta la extenuación.
