Me saca de quicio observar la pasividad y la resignación que muestran los militantes de izquierda como respuesta a la desafiante actitud insultadora y prepotente de toda la derecha española en su conjunto. ¿Creen acaso que los matones de barrio les van a perdonar llegado el momento de sacar los cuchillos y los bates de beisbol?.
Esta derecha es mucho más cerril y cavernícola, si cabe la expresión, que cualquier otra derecha que hayamos conocido. Es de orejeras puestas y con una mirada de odio desproporcionada. Se autohipnotiza como defensora de unos valores que creen "destruidos" por Zapatero, convertido en ser diabólico justamente para que su odio sea justificable incluso con la desaparición física de todo el rojerio que le apoya.
Neutralizar la avalancha de inproperios, mentiras, acusaciones y descalificaciones con que diariamente esa derecha machaca sin piedad y sin descanso los cráneos de los incrédulos ciudadanos es imposible si los que deben hacerlo, los militantes y simpatizantes que se llaman de izquierdas, no reaccionan de alguna manera.
Muchos militantes de izquierda tienen ordenador en sus casas, pero no están conectados a internet. Y los que lo usan en sus trabajos - muchos de ellos son funcionarios o prejubilados - creen que internet es el Messenger y el correo electrónico. Se sienten muy felices viendo la tele y escuchando la radio, cuando lo hacen, y pasan muy mucho de complicarse la vida buscando información para contrarrestar las avalanchas. No pueden comprender cómo sus vecinos y amigos les han girado la espalda de golpe... y seguiran sin comprenderlo. No se han dado cuenta de que es por internet uno de los vehículos por donde circula el veneno que inoculan los militantes y "asesores" de la derecha más extrema.
Internet no tiene la culpa, es como un teléfono, son los cachorros de la nueva derecha que son muy activos y están creando una cultura cívica llena de prejuicios y de miedos que, gota a gota, se va trasladando a la población y que sólo pretende hacerla estallar de rabia en el momento elegido: contra el inmigrante, contra el diferente, contra el rojo, contra el socialista o contra Zapatero y todos los que "deben" caer con él.
Es el gran fracaso de la izquierda que no de la democracia, puesto que otros países como Alemania, Francia, Austria o ahora Italia, han pasado por un virus similar y se reponen a duras penas. Ese gran fracaso de la izquierda, motivado por una educación franquísta, por un mal recuerdo de la represión y por no saber transmitir con el ejemplo democrático, puesto que aprendieron sobre la marcha y a base de hostias, es el que ha traicionado a la propia izquierda.
Muchos militantes y simpatizantes de izquierda, incluidos anarquistas de pro, que conocí en los primeros años de la democracia, son hoy empresarios, funcionarios o trabajadores privilegiados. La mayoría odian a Zapatero, incluso ex militantes del propio PSOE. No me he explicado aún el por qué, como tampoco comprendo que sus hijos sean simpatizantes de la extrema derecha y además votantes activos del Partido Popular. Comprendo que muchos fuesen apartados o "varapaleados" por antiguos excompañeros socialistas que aún siguen disfrutando de cargo, aunque en la oposición, pero que también tienen ahora como "compañeros" de derechas a otros que en su día fueron cargos de bajo rango en las filas y administraciones socialistas y que tuvieron mucha responsabilidad en sus situaciones de "cabreo" personal. Y sin embargo ahí estan, codo con codo deseando la muerte de Zapatero, al menos políticamente quiero pensar, aunque algunos no sólo politicamente.
Sé de buena tinta, porque lo he vivido, que esos ex votantes y entusiastas socialistas de antaño, amantes de la derecha y odiadores de ZP hoy, por razones de la vida vieron fustradas sus esperanzas de avanzar individualmente por culpa de muchos dirigentes socialistas de bajo perfil, que actuaban en sus demarcaciones como verdaderos déspotas sin ilustrar y otorgaban favores como caciques y con una prepotencia digna de un señor feudal y con derecho a pernada, que también existía. Pero esa gente ya no está, aunque perviva el recuerdo. Lo comprensible es que los que miraron a otro lado y pudieron hacer algo no lo hicieron. Y muchos de ellos aún permanecen en las filas del PSOE.
Por otra parte, esos "traidores" a la izquierda tampoco se preocuparon de discernir y de distinguir la condición humana de lo que es el ideal de sociedad que en su momento se deseaba. Sólo tuvieron mirada de odio, porque hubo amor, y deseos de venganza. Esos deseos son los que han sido galvanizados por la derecha secular, la que utiliza las bajas pasiones, para atraerlos como electorado y éstos, los antiguos "socialistas" de comunión y voto, se sienten arropados con sus nuevos ideales para justificar su venganza. Son los más activos contra Zapatero.... quizás para borrar su pasado vergonzante.
Es una generalización que seguro en cada ciudad y en cada pueblo encontramos ejemplos mucho más crudos y reales que los que aquí se apuntan. Es muy importante demostrar que se es de izquierdas con el ejemplo, pero para ello es preciso formación y debate al mismo tiempo que se ejerce el poder.
Hay que dar la importancia que se merece al militante de base y darle los medios para que su nivel politico y social sea tenido en cuenta por la sociedad como transmisor de ideas y de valores. No se puede permitir perder otra generación de activos ciudadanos para la causa socialista y de la izquierda en general, que no es otra que construir una sociedad de ciudadanos libres e iguales en oportunidades, derechos y deberes, y con plena autonomía individual.