16 agosto 2008

¿ES EL DEBATE LAS SIGLAS PSPV?

Se renunció al obrerismo, se renunció al republicanismo, se renunció al nacionalismo, se renunció a la bandera, se renunció a la lengua y denominación regional, se renunció a las ideas, se renunció a la lucha por el poder.... ahora se renuncia de unas siglas. Todo por recuperar el poder si cuela el sacrificio al precio que sea, o mantener el státus de cómoda oposición eterna, al parecer menos comprometida y más lucrativa. Todo menos trabajar codo con codo por hacer avanzar sus propias ideas.

¿Debemos entender que los nuevos socialistas valencianos, o son "nuevos" sin ideología o son "viejos" que necesitan permanecer sin principios... ni fin.?

Abrir el debate de las siglas, habiendo perdido "la guerra de las banderas" para quien se quiera acordar, es querer dar de nuevo un balón de oxigeno eterno para el PP valenciano, además de dispersar el verdadero objetivo de ofrecer a la sociedad valenciana un programa con contenidos para el siglo XXI. La ocurrencia , tanto si se aprueba como si nó el cambio de nombre del PSPV por el de PSCV o similar, ya es para el PP un regalo de más "agua" para regar su jardín y va a ser un debate supérfluo e inútil para volver a perder, como siempre ha pasado en el País Valenciano con los puñeteros símbolos.

No voy hacer bandera de un nacionalismo en el que no creo, para mí los nacionalismos no dejan de ser racismos encubiertos cuando excluyen otros valores, pero no puedo entender por qué el PSPV-PSOE maneja como prioridad complementaria renunciar a unas siglas que representan un proceso de conquista democrática y con el que ha gobernado exitosamente la Comunidad Valenciana durante casi tres lustros, incluyendo el período preautonómico.

No concibo que la prioridad, por ganar un puñado de votos en el "centro" y perderlos en otra parte de su electorado natural, sea ceder a lo que ha representado siempre la intolerancia, el fanatísmo y la "traca". Amén de dar por bueno lo defendido por el bate de beisbol en la calle y un "marketing" de camisetas y gorras valencianistas que hacen furor entre una juventud desclasada, desarraigada y con falta de formación e información. ¡ Maldita sea la gracia que les haría!, si algún "Yomus" - seguidor ultra valencianero del Valencia C.F. - viese en algún momento de lucidez que sus prendas de batalla están fabricadas en Barcelona, la capital de su odiada Cataluña. ¡Que lo están!.

" Soy su líder y debo seguirles...", ese no es el cambio que precisan los valencianos. En realidad se quiere tener ilusión por el futuro, sentirse valorados por su trabajo y honestidad, y tener un partido que les dé nuevas fuerzas para respetar y ser respetados, pero esa alternativa no la tienen los valencianos posibles votantes de una izquierda dividida, con multitud de siglas cambiantes y siempre a la greña. Tampoco tienen al partido que aglutine a toda la izquierda, que es lo que se desea por el electorado medio. El cambio deseado debe ser una revolución en sus propias filas, de caras, de proyectos y de imagen corporativa, por aplicar un término empresarial. Es el PSPV-PSOE quien debe cambiar primero para que cambie la sociedad después, no renunciando sino ampliando las ofertas y de forma creíble. Pero primero deben derribar o, por lo menos, neutralizar la propaganda perpétua que ejercen los medios y el propio PP en su contra en la Comunidad Valenciana.

Por eso y porque nadie se preocupa de neutralizar los "lavados de cerebro" de la derecha, los valencianos no necesítan cambiar para tener más de lo mismo pero con otras siglas y con caras ya conocidas. Prefieren lo que tienen y no van a cambiar si no hay algo en realidad nuevo, ilusionante y que transforme positivamente las vidas de los valencianos, naturales y de adopción, de forma individual y colectiva.

Va a ser muy duro lo que tengan que hacer los socialistas para que los electores cambien de perro con el mismo collar.

Para aclarar dudas ver el artículo ¿Adiós al País Valenciano?, publicado en PÚBLICO por Belén Toledo.

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