EL AGUA DE VALENCIA

Desde que en junio de 2.004 el Gobierno derogara el trasvase del Ebro sólo se ha iniciado las obras de la desaladora de Torrevieja de siete previstas en la Comunidad Valenciana. Las Comunidades de Regantes de la región ven "normal" que "no las hayan hecho porque son inviables". Aunque no rechazan que se finalice la construcción de la desaladora de Torrevieja y su puesta en funcionamiento, muy retrasada y muy costosa, exigen además que se realice el trasvase.

Cinismo e hipocresía en el gobierno autónomo
Lo chocante es que el Conseller de Medio Ambiente, de la Generalitat Valenciana, se queje de que "tras cuatro años no han acabado (el Gobierno central) prácticamente ninguna desaladora y el Ebro sigue vertiendo agua al mar". Es chocante porque desde la Generalitat Valenciana y los municipios gobernados por el PP han obstaculizado y se ha hecho todo lo posible, con todas las triquiñuelas legales que han tenido a mano, para paralizar las obras de construcción de la mencionada desaladora de Torrevieja, además de negar licencias para construir las otras seis en el País Valenciano. Este tipo de hipocresías en normal por estas tierras.

El dinero del contribuyente gastado en propaganda política
Es de señalar que el gobierno valenciano de la Generalitat ha malgastado miles de millones de las antiguas pesetas en propaganda política dedicada al agua desde 2.004. A 450 euros el spot de 20 segundos en Canal 9, al menos un spot diario y casi veinte en campaña electoral, todos los días durante cuatro años, son muchos millones de euros del contribuyente al servicio de un partido político. Eso sin contar otros spots en Punt 2 y otras cadenas privadas de televisión, así como los realizados en radio y prensa. Alguien tendrá que calcular todo ese dinero que ha ido a parar al mar y que nadie parece que se queje.

Ese mismo dinero hubiese solucionado el problema del agua
En plena "guerra" del agua entre gobierno central y Generalitat salió a la luz un estudio que afirmaba que el 40% del agua que se perdía, el equivalente a las necesidades que se pretendían cubrir con el trasvase del Ebro, era consecuencia de las malas canalizaciones y del sistema de riego existente en la Comunidad Valenciana. No se ha producido ninguna adecuación en las acequias que suministran el agua a los regantes, que se podría haber solucionado con un porcentaje escaso de presupuesto de las campañas propagandistas en Canal 9 sobre el agua.

El Gobierno de España debe continuar con el Plan Agua
El Gobierno de España debe continuar con su política del Plan Agua y acabar la construcción de la desaladora de Torrevieja, así como dar prioridad a las restantes, porque en caso de que apruebe de nuevo el trasvase, nadie asegura que en el futuro no disminuya el caudal que circula por el Ebro. Para entonces las tecnologías empleadas en las desaladoras habrán avanzado lo suficiente para ser menos costosas, más rentables y menos contaminantes. También podría realizar la famosa tubería que una el Ebro con el sur del País Valenciano y Murcia. Aunque el agua nunca ha escaseado para pretender un trasvase "justificado" desde el Ebro, es lógico que cuando la crisis amaine, el "ladrillo", los nuevos núcleos residenciales y los campos de golf necesiten agua.

Pero, mientras tanto, ¿quién pone al gobierno valenciano en su sitio?