IDEAS PARA EL PSPV-PSOE 1

Voy a lanzar desde mi blog una serie de ideas recogidas de afiliados y militantes que nunca hablan en las asambleas ni en las reuniones de partido, pero que son los que reciben los palos por estar más próximos a la ciudadanía, a sus vecinos. Puede que sirva para algo, puede que no, pero al menos servirá para que alguien deje de “reflexionar” y empiece a probar estrategias y tácticas diferentes, que no son novedosas pero sí muy olvidadas en favor de la “lección magistral” para perder elecciones.

¿Qué hacer para empezar a trabajar?

Lo primero, olvidarse de los análisis elaborados para justificar derrotas o victorias (que sólo sirven para excusar a los dirigentes) y convocar asambleas para recoger datos en todas las agrupaciones locales. Pizarra, rotulador y un sencillo “Brain Storming” o torbellino de ideas, donde todos los afiliados y simpatizantes lancen su opinión sobre posibles causas de los resultados. También propuestas alternativas para posibles soluciones. Se recogen las opiniones más significativas, también las menos, y se elevan a los organismos superiores para sintetizar y elaborar el informe con propuestas que deben volver de nuevo a las bases. A partir de ahí ya se puede empezar a trabajar con mayor y mejor participación, incitando el interés de las bases, y empezar a sacar nuevas ideas y nuevos sistemas creativos para elaborar programas, calendarios, medios de difusión y alternativas concretas para la organización política y para la ciudadanía, sin necesidad de tirarse los trastos a la cabeza, que sólo divide e inhibe la participación.

Es un ejercicio sencillo y no tan aburrido como el de tener que soportar el “informe” sobre chivos expiatorios, culpables y otras excusas. En él participan todos los afiliados, cuya palabra dará más de una sorpresa sobre la capacidad de “reflexión”que tiene la base, siempre pasiva a la hora de decidir. Es un ejercicio de democracia y de participación que dio muy buenos resultados en algunos cursillos “para cuadros” en los primeros años de la democracia. Se descubrían líderes naturales, se fomentaba el interés y la participación y se disponía de nuevas ideas para formular alternativas de forma rápida y económica.

Se tienen 20 meses para poner en práctica este sistema participativo (torbellino de ideas) o cualesquiera otros asociados y bien conocidos en aulas y departamentos creativos de grandes empresas. Son instrumentos en desuso en los partidos de izquierda y que fueron sustituidos cuando se ejercía “el poder” por la lección magistral del alcalde o cargo público, que coincidía con el cargo orgánico, para eliminar competencias peligrosas y reunir adhesiones inquebrantables y poco críticas. Claro que entonces había “pesebre” y “abrevadero”, pero hoy no lo hay y hay que construir de nuevo desde los cimientos.

Es preciso también contar con todos, con la experiencia y con la juventud o lo novedoso. Lo ideal es que se llegue a tener un plantel de militantes capaces de asumir cualquier papel que se le solicite en la organización o en la administración pública. Si no se hace así es lógico que se pierda el interés por participar, ya que los “puestos” están reservados de antemano.

Resaltar que un cargo público lo es porque otros compañeros trabajan para él y es lícito y moralmente aprobable que deban ser correspondidos con “puestos” que ayuden a llevar los proyectos adelante. Es una compensación que no debe entenderse como premio sino como una función más, extendida a la administración pública y que no es para toda la vida. Es una forma de explicar que tan importante es lo que hace una Alcalde como cualquier otro afiliado que, de momento pega carteles y mañana puede sustituirle.

El fin siempre debe ser poner a disposición del ciudadano una ideología, una organización y unos medios de expresión que , por medio de un programa electoral, sirva para que el propio ciudadano elija y se cumplan las previsiones “pactadas” a través de las elecciones periódicas. Cambiar la sociedad requiere cambiarse a si mismos, pero los beneficios deben ser dirigidos a toda la sociedad en su conjunto, de la cual también forma parte la organización política que pretende ese cambio.