12 agosto 2010

TRINIDAD JIMENEZ, TOMÁS GÓMEZ Y LAS PRIMARIAS


Lo mejor que le ha podido pasar al PSM y a Tomás Gómez ha sido el lío mediático que se ha montado. Tres años...  y pocos sabían de su existencia, la de Tomás, todo era Esperanza. Ahora ya sale en primera plana junto a Trinidad Jiménez y eso es bueno, muy bueno. Los madrileños tienen dos ofertas, dos estilos diferentes, dos nuevas alternativas a la siempre omnipresente Esperanza Aguirre.

En política da lo mismo que se hable bien o mal de uno, lo importante es que se hable, que se le recuerde a uno aunque no se sepa bien porqué. El recuerdo de un nombre es el voto del indeciso.

Zapatero, al apadrinar a la ministra de Sanidad ,Trinidad Jiménez, como candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, ha posibilitado que Tomás Gomez, actual primer secretario de la federación socialista madrileña, salga del anonimato.

Tanto la prensa supuestamente de izquierdas como la de derechas al tomar partido, por una o por otro en función de amores y odios al propio Zapatero, están haciendo un inmenso favor al PSM. Los correveidiles del PP también, mucho más cuanta más saña empeñen en triturar a cualquiera de los dos candidatos socialistas.

Se consigue con las primarias movilizar y entusiasmar a la militancia socialista. Unas primarias, independientemente del resultado, es el mejor ejercicio preparatorio para unas elecciones y da suficiente cobertura mediática para que los electores conozcan al candidato y su oferta.

En comunidades como la valenciana se tiene miedo a abrir procesos "no controlados". Jorge Alarte sería el Tomás Gómez valenciano, no lo conoce ni Dios y eso es ser el candidato perfecto a chupar banquillo en les Corts Valencianes. Se teme que un enfrentamiento con Ximo Puig - otro desconocido para el gran público - sólo aportase más división entre las filas del PSPV. Unas elecciones primarias permitirían que sonase el despertador, muy importante para las adormecidas bases del socialismo valenciano. A nivel municipal sería además una prueba de liderazgo para muchos secretarios generales que se ven alcaldables por la ley del mínimo esfuerzo, es decir, aprovechando que existe baja afiliación y escasa militancia tienen segura su candidatura sin oposición alguna.

Se dice que este tipo de elecciones internas dividen al partido, pero lo correcto sería decir que motiva a los partidarios de cada candidatura y limpia la organización de burócratas que impiden la participación de los afiliados. Si se es consecuente con el proyecto, los perdedores se unirán a los ganadores para tener más fuerza. Sólo desertarán los tibios o los que no han tenido la oportunidad de participar democráticamente.

Convocar primarias desde el escalón más bajo, en cada agrupación, lejos de dividir, lo que hace es dar nuevas energías para que los afiliados renueven su “contrato” con el partido. Es lo mínimo que se le puede ofrecer al afiliado, darle opción y poder para proponer a la ciudadanía los hombres y mujeres que más confianza le merecen. De esta forma el elector, el ciudadano, sabe que hay una gran fuerza detrás de cada candidato que avala su programa electoral.

Le vendría muy bien al PSOE generalizar estos procesos electorales internos: rompe la inercia conformista y perdedora; da posibilidades de que surjan nuevos líderes con ideas y formas más frescas; motiva, moviliza y prepara a la militancia de cara a las elecciones y, por último, constituye una plataforma mediática inestimable y económica para dar a conocer propuestas y candidatos.

La prensa siempre agradece llenar sus páginas y la precampaña sale gratis.

3 comentarios:

Arbillas dijo...

Las primarias enriquecen la democracia y es un derecho y un deber de los afiliados el poder expresar sus posiciones.

Como socialista no me dan miedo estas primarias, creo que sanean y resaltan el poder de la base.

Un saludo y SALUD.

Carolus Primus dijo...

Hola Arbillas, estamos absolutamente de acuerdo.

No debemos temer la participación democrática de los afiliados. Es un derecho mínimo a cambio de pagar la cuota y pegar el clásico cartel.

Si nos equivocamos lo hacemos todos. Al fin y al cabo los militantes también somos electores como ciudadanos. Qué mejor que una parte de la población electora (los militantes) se adelanten unos meses a elegir a sus candidatos preferidos.

Como dices es cuestión de sanidad democrática.

Veo que tu también alargas tus vacaciones blogueras.


Saludos y besos virtuales.

Arbillas dijo...

hola Carolus.

La verdad es que estoy un poco vagueta a la hora de escribir.

Eso no significa que no piense en el mundo bloguero, pero a la hora de la verdad, la mente se me queda un poco paradota a la hora de escribir.

Besotes...