29 septiembre 2010

HOY HAGO HUELGA

Con el corazón partido debo hacer huelga de mi huelga de bloguero. Mi salud no me permite participar en manifestaciones pero mi mente está con los huelguistas. Puedo comprender las razones aparentes que han llevado a este gobierno a abdicar prematuramente de sus ideas iniciales. Lo que no puedo aplaudir es que suministre gratuitamente la excusa para que un próximo gobierno de la derecha endurezca las condiciones de los que hemos apoyado, y seguiremos apoyando a nuestro pesar, al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Los sindicatos se han visto obligados a convocar la huelga general para el día de hoy. No tienen otra opción y lo más seguro es que salgan tocados. Los medios de comunicación son de derechas y deberían de estar encantados. No apoyarán la huelga porque los sindicatos representan un obstáculo importante para el avance de las "nuevas" ideas introducidas por Reagan y la Thatcher allá por los ochenta y que tanto les gustan ahora. Sacarán a relucir el veneno mortífero que los editores destilan hacia todo lo que representa poder social que no puedan controlar. En realidad directores, periodistas y becarios no pintan nada, solo sueñan con portadas con su nombre y no dejan de ser meapilas donde se les indica que vacíen la vejiga.

Con unos medios de comunicación cuya libertad de prensa se basa en los dictados de sus propietarios, con unos partidos de izquierdas cuyos seguidores verdaderos lo son más por compromiso cultural que por necesidad, con unos sindicatos sin arraigo en la clase trabajadora y con unos trabajadores que se creen mayoritariamente clase media y , por lo tanto, con una conciencia que les permite estar cómodos con gobiernos neoliberales, el caldo de cultivo favorece un nuevo amanecer del Partido Popular.

El problema es saber, sin presión alguna, si lo que deseamos es acercarnos al sistema económico norteamericano donde prima lo privado sobre lo público; o si por el contrario deseamos continuar con unos servicios públicos de calidad, que es el modelo europeo que deseábamos cuando iniciamos la transición política a la democracia. En Europa pintan bastos y espadas para el estado de bienestar social y en los Estados Unidos aparentemente copas y oros.

Los sindicatos se van a desayunar con portadas deshonrosas para los piquetes informativos, con segadoras bajos sus pies que recuerden el coste laboral de esta huelga y los descuentos que se les va a realizar a cada trabajador, así como cifras de incidencia desalentadoras. Todo un montaje para desacreditar más aún, si cabe, a los sindicatos convocantes y la no necesidad de una jornada de lucha como la del día de hoy.

Por desgracia para los sindicatos, no tienen otra alternativa que salir victoriosos. Su credibilidad para representar a una clase obrera que no se siente como tal puede ser una amarga factura. Será mucho peor para los que nos creemos “clase media”.

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