Estaba claro que volaría en un plis-plas, veremos las cuentas en su conjunto o mejor no verlas. De todas las formas posibles ni antes ni ahora, como el común de los mortales ciudadanos, he visto un sólo euro.
Ayer era rico, en común con el resto de los españoles, hoy soy pobre. Y yo sin enterarme de nada.
Espero seguir sin enterarme, seguir siendo inocente, hasta que pase el vendaval, dos años más o menos según dicen, no sea que me declaren culpable de la crisis antes de tiempo y me toque pagar los platos rotos de los que han engordado, como a todos los inocentes.
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