19 diciembre 2008
COTO AL NACIONALISMO
Hace unos días, en el Congreso de los Diputados, volvió a salir a colación la famosa frase robada a un Fraga medio dormido sobre lo de "dónde colgar a los nacionalistas". Es obvio que se refería al peso específico que tendrían con una representación más acorde con los votos obtenidos. Con una ley electoral más proporcional al número de habitantes y con circunscripciones autonómicas o nacional, en vez de provinciales, no se daría el caso de que un millón de votos diese 10 diputados a CiU y un sólo diputado a IU, tal y como denunciaba en su momento Gaspar Llamazares.
Es una ley injusta, pero en su momento pretendía asegurar mayorías que facilitasen la gobernabilidad ( dos partidos principales a nivel nacional y dos partidos-bisagra regionales) De hecho son los que inclinan la balanza a favor de uno de los dos partidos, PSOE y PP, indistintamente (los mismos PNV y CiU que apoyaron el último gobierno de Felipe González fueron los que apoyaron posteriormente a Jose María Aznar en su primer gobierno). En el caso de Zapatero, la infidelidad institucional mostrada por el PP ante los socialistas, hacía forzoso el apoyo del gobierno en las minorías nacionalistas, especialmente en Esquerra Republicana de Cataluña, cuya representación en Madrid fue impulsada indirectamente por el propio Partido Popular por la saña con que obsequió a Carod Rovira como "eje del mal". Los que no querían PP ni PSOE es obvio que se fuesen al extremo que más se odiaba por quien gobernaba entonces. Es lo mismo que pasó en la dictadura cuando Franco identificaba a todos los que se oponían a su régimen como "rojos" y "comunistas", todos los opositores de pro debían "militar" en el partido que más odiaba el Caudillo, el PCE. Y lo mismo que ha pasado en el País Vasco con ANV, tanta propaganda indirecta le ha hecho el PP que al final salieron gobernando 42 ayuntamientos vascos. Ahora los culpables son otros.
Algún día habrá que decir "¡Basta ya!". Las comunidades autónomas, nacionalidades o naciones de España deben tener un límite en sus atribuciones y competencias. No se puede seguir a toque de chantaje por el partido "nacionalista periférico" de turno. Deben empezar a responsabilizarse de sus propios gobiernos y dejar de extorsionar al conjunto de los españoles, que somos todos incluidos los gobernados en sus respectivas demarcaciones. Debe llegar algún momento en el que sean responsables, tanto como el gobierno central, de sus propias competencias. Ahora solo son "pedigüeños" con el gobierno central para arrancar competencias y dinero para sus administraciones. Es justo el reconocimiento de las peculiaridades regionales o de nacionalidad y es obvio que se pretende beneficiar al ciudadano que se gobierna. También está claro que los apellidos de los que habitamos en las comunidades autónomas son plurales de la piel de toro y el principal beneficiario debe ser siempre el ciudadano, indistintamente de la región a la que pertenezca.
También habrá que sopesar el nacionalismo centralista del PP, la actual ley electoral le otorga unos diputados que no le corresponden (al PSOE tampoco) y esa corrección debería ser hecha antes de cualquier nueva reforma constitucional. De hecho el Senado es una institución absolutamente inútil, salvo para entorpecer y alargar los plazos para la puesta en vigor de las leyes. Es una repetición del Congreso de los Diputados que , incluso con representación solo de los parlamentos autonómicos, no dejaría de ser un estorbo y una máquina de poner piedras en el camino.
Al Gobierno de España y al PSOE le ha venido bien ahora tener los votos del PNV y del BNGA para sacar adelante los presupuestos generales para 2.009, el precio es el que se cobra siempre a los dos principales partidos gobernantes. Si la voluntad de estado, el interés general, hubiese sido de "sinceridad" por ambas partes, es posible que los nacionalistas periféricos no pintasen tanto.
Fraga tiene razón, pero Fraga también es nacionalista y de los peores.
Ver también: Nacionalismos disgregadores.
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