Cuando nos hagamos esa pregunta antes de entrar a un juicio, como se hace en muchos países de latinoamérica, estaremos en la antesala de la justicia de los sicarios. Sería bueno que meditasen los jueces sobre tal pregunta antes de manifestarse por motivos políticos o corporativos.
Si lo que piden es más salario y menos trabajo, todos queremos lo mismo y ya les viene un aumento del 5 % en sus nóminas. Si lo que piden es más medios, deberían solicitarlos a las comunidades autónomas (sobre todo en la Comunidad de Madrid y en la Comunidad Valenciana) que son las que tienen las competencias.
El gobierno de España tiene la responsabilidad principalmente de crear las plazas de jueces y fiscales que pone a disposición de las comunidades autónomas. Aparte es su responsabilidad la modernización de los escalones desde la Audiencia Nacional hasta el Tribunal Constitucional, pasando por Tribunal Supremo, fiscalías del Estado y el Consejo General del Joder Judicial. En todo caso hay demasiados licenciados en derecho en España, suficientes para cubrir cualquier necesidad futura en la creación de nuevas plazas para jueces y fiscales. Esa si que sería una exigencia justa y de justicia para el ciudadano y para los que acumulan expedientes año tras año.
Los medios e infraestructuras los ponen las comunidades autónomas, que és lo que piden los jueces ¿ por qué no se los reclaman ?. Muchos ciudadanos saben que hay ordenadores almacenados junto a montañas de papeles y que se infrautilizan en los juzgados. Los señores y señoras de la toga prefieren el rotulador, el rollo de celo y las notas manuscritas. Sienten aversión por las nuevas tecnologías y prefieren los medios caseros junto a los compartimentos estancos. Cuando hablo de la toga me refiero a todos los que participan en la celebración de cualquier juicio, abogados de las partes incluidos.
Es lógico el incremento de trabajo, España cada día más se parece en esto de la justicia a cualquier país del tercer mundo, pero con más lujo. Los expedientes acumulados echan polvo durante años, décadas inclusive, antes de su resolución. Un secretario de juzgado me dijo, con motivo de la huelga de funcionarios de justicia reciente, que primaban "los embargos" los asuntos bancarios y financieros, porque había dinero de por medio. No sé que quiso decir pero me imagino que se trataba más de volumen de demandas económicas que de otro signo.
Otra cosa, estos funcionarios que van a ir seguramente a la huelga, la primera de este tipo en toda la historia, se sienten "discriminados" cuando tienen un poder inmenso sobre el resto de los ciudadanos, que te pueden privar de libertad por una coma mal puesta en una sentencia, no pueden ser "tocados". La prueba es que sólo se han movilizado cuando a "uno de los suyos" se le ha sancionado con la ridícula cifra de 1.500 euros, al juez Rafael Tirado por el caso Mari Luz.
Gozan de independencia total, lo cual es bueno. Salvo cuando les tocas la moral, como al juez Calamita, que al parecer su manual de leyes está supeditado a sus creencias morales y religiosas. Especial preocupación debería interesar a los poderes públicos la salud mental de muchos de esos jueces, y también de abogados en ejercicio, que suelen ser tapados corporativamente sin importar las consecuencias de sus decisiones.Lo peligroso , para todo el mundo, será además cuando nos hagamos la pregunta inicial " Y ese juez... ¿de qué partido es?".
Vimos en la legislatura pasada los posicionamientos políticos tanto en el Consejo General del Poder Judicial, como en el Supremo y en el Tribunal Constitucional. No bajamos a niveles como el juzgado de Núles (Castellón) donde los jueces salen disparados en el momento de tomar plaza y luego son premiados en alguna elección corporativa.
Si la justicia sigue así, aviso de lo que puede venir a legisladores gobierno y jueces, llegará un día en que la "justicia por la mano", el sicarismo y la ley del más fuerte (descuartización a lo "narco" como medio de justicia rápida y efectiva) será la ley más empleada. Y no se salvarán ni jueces, ni abogados ni políticos. Esa es la verdadera cuestión que se deberían plantear.
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