24 marzo 2010

MAYOR OREJA, EL QUE QUERÍA NEGOCIAR CON ETA

Jaime Mayor Oreja, el que estaba dispuesto a sentarse con ETA tras el asesinato de Miguel Angel Blanco, vuelve a las andadas. Debemos pensar que ha recibido órdenes para enmendar la plana a Zapatero y Zarkozy, en los funerales del policía francés asesinado por ETA. Sólo un personaje como Mayor Oreja es capaz de pasarse por la entrepierna el debido duelo a una víctima del terrorismo para chupar cámara, al asegurar que tiene la “certeza” de que el gobierno de Zapatero y ETA son “aliados potenciales” y que se ayudarán en las próximas elecciones y siguientes.

Otro de los objetivos de Mayor Oreja ha sido querer emponzoñar las buenas relaciones de los gobiernos francés y español en su lucha contra el terrorismo. Traidores como Oreja que utilicen los foros internacionales para atacar a España a través de su gobierno sólo se conoce a uno: José María Aznar.

Duele que Soraya Saez de Santamaría no lo desautorice y dé pábulo a la ambigüedad cuando afirma que “el gobierno debe impedir que Batasuna, o sea ETA, entre en los ayuntamientos”, que para la chusma mediática significa decir que SI, que Zapatero negocia con ETA. Solo se salva Basagoiti, quien desautoriza explícitamente a Mayor Oreja.

No soportan estos populares que sólo en la anterior legislatura, con negociación o sin ella, se detuviesen más etarras que en toda la etapa del PP. Y sólo en ésta, se descabezasen más cúpulas de la banda terrorista que en toda la historia.

Aquí los únicos que han actuado en conjunción con la banda terrorista han sido los del PP. Que dieron alas publicitarias al Partido Comunista de las Tierras Vascas, plan B de Batasuna, con su empeño en hacerlos figurar a diario en las portadas de prensa, radio y televisión. Igual que hicieron anteriormente con Esquerra Republicana de Cataluña y Carod Rovira, equivocando el tiro. No se conformaron con eso, sino que fueron los altavoces que guiaban las acciones de ETA, resucitándola cuando ya casi estaba acabada, sólo por hacerle la puñeta al gobierno.

Pensar que el acartonado Mayor Oreja padece algún tipo de enfermedad mental es de dudosa posibilidad. Los políticos del PP no suelen padecer dichas enfermedades, al menos oficialmente y por mucho que lo parezca. Todo obedece a estrategias electorales bien coordinadas por las mentes filonazis del Partido Popular. En el fondo nunca han sido demócratas, lo que recuerda los estilos de hacer política de los granujas y buscavidas de las cervecerías de Munich de los años treinta del siglo pasado.

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