30 marzo 2010

VICTORIA DE BERLUSCONI Y LOS NEOFASCISTAS EN ITALIA

En las primeras proyecciones parecía que se iba a repetir lo mismo que en Francia: castigo a Berlusconi por la crisis, avance de la coalición de izquierdas y ligero ascenso de la ultraderecha. No ha sido así en estas elecciones regionales italianas, el centro-izquierda tendrá que madurar.

Pese a un empate técnico entre el Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi con un 26,6% de los votos y el Partido Democrático (coalición ideológica de centro -izquierdas) con un 26 % de los votos emitidos, el despunte y la diferencia la marcan los principales socios de ambos partidos. La Italia de los Valores del ex juez Antonio Di Pietro, próximo a la coalición de centro-izquierda, ha obtenido un 7 % de los votos emitidos; siendo el principal vencedor, por su avance fuera de sus feudos, la ultraderechista Liga del Norte de Umberto Bossi (socios de gobierno con Silvio Berlusconi) con un histórico 12,8 por cien de votos.

Al 95 % de los votos escrutados en las trece regiones, el resultado práctico es que pese a obtener el centro izquierda su primera “victoria electoral” desde 2.006, solo mantiene siete regiones de once que gobernaba desde 2.005. La derecha le arrebata cuatro regiones a la izquierda y consigue en total seis regiones.

La participación entre los 41 millones de electores ha descendido 8 puntos (abstención), siendo un 64,2 por cien de votos (72,7 % en 2.005).

El castigo ha sido leve para Silvio Berlusconi ,sólo ha perdido 7 puntos respecto a los comicios pasados y  no parece que la crisis le haya afectado mucho. El resultado es explicable atendiendo a las tendencias de los ciudadanos en tiempos de crisis parecidas: se prefiere al populista y al descarado que utiliza un lenguaje exculpatorio manejando la propaganda xenófoba y nacionalista. La Liga Norte, ultraderecha, vence en las zonas mas ricas. El Partido Democrático se diluye controlando algunas de las zonas centro y sur de Italia, las más pobres.

El efímero paso por el poder de la unión de izquierdas, que arrebató el gobierno a Berlusconi de 2.006 hasta 2.008 (fecha en que se fragmentó la coalición de centro izquierdas de El Olivo por disensiones internas y que recordaban los 40 años siguientes a la posguerra con las crisis permanentes de los gabinetes de la Democracia Cristiana) no ha podido ser proyectado para un futuro próximo con los resultados regionales actuales. La esperanza de centro-izquierdas en estas elecciones sigue su calvario.

Podría compararse, en materia electoral, con la situación en Venezuela. En los dos países, los partidos de derechas y de izquierdas que tradicionalmente se enfrentaban en las urnas, tuvieron que unirse como coaliciones opositoras frente a los populistas de nuevo cuño y con tintes dictatoriales surgidos de las urnas: Chávez en Venezuela y Berlusconi en Italia. Fruto de la confusión ideológica, política y económica a la que se sometía al electorado cuando no se distinguían derechas o izquierdas en el poder.

Mi opinión es que los ciudadanos no quieren “pasteleos”, quieren partidos fuertes y consecuentes con sus ideologías. La Liga Norte de Bossi y el Pueblo de las Libertad (PDL) no engañan a nadie, aplican políticas de derechas en lo económico y ultraderechistas en lo social. El centro izquierda italiano, dividido entre el Partido Democrático y La Italia de los Valores de Di Pietro, es un conglomerado de socialistas, comunistas, democrata-cristianos, verdes y radicales, cuyos intereses son tan dispares como las ideologías integrantes, con lo cual el lenguaje y el proyecto es ambiguo, lo que crea incertidumbre en el electorado. Si se vota a la izquierda se quieren políticas de izquierda claras, nítidas y aplicables sin tapujos.

Cuando la izquierda defrauda con “pasteleos” aplicando lo mismo que puede aplicar la derecha, como se ha dicho antes, el castigo es obvio y se prefiere a la derecha. Los votantes tradicionales de izquierdas se abstienen.

Habrá análisis y analistas para todos los gustos, pero en Italia como en Alemania o Austria, los derroteros no son los mismos que en Francia y seguramente que en Inglaterra o España, principales potencias económicas y políticas de la Unión Europea.


Nota: Datos computados al 95 % de escrutinio.

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